Más de 10 años de orar y peregrinar por la Virgen

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Cristina Klaric.

Detrás de la entronización de la Virgen Schoenstatt en la Catedral de Campeche hay mucho más que la colocación de una imagen sacra, toda una labor de más de 16 años de evangelización y difusión de la devoción entre los campechanos.
Cristina Klaric, una de las principales promotoras de la devoción en la Virgen Schoenstatt, recordó que hace 16 años comenzó en Campeche la campaña peregrina que es parte del movimiento de la Virgen Schoenstatt. Se formalizó en el Santuario del Cristo Negro de San Román, donde fue también entronizada la imagen, y se llevó la devoción con una imagen para las familias y otras para enfermos.
“Esta campaña se fue haciendo grande de a poquito, conquistando corazones, porque Schoenstatt no cuelga cuadros, primero hace mucho capital de gracia un año, dos o tres, el tiempo que Dios quiera, cuando la imagen señala a través de signos, entonces nosotros avanzamos”.
Destacó como ejemplo de ello, la imagen que fue entronizada el pasado domingo en la Catedral de Campeche, un proceso que llevó más de 10 años de peregrinar, de oraciones y de mucha evangelización.

FORMACIÓN, IMPRESCINDIBLE
Cristina Klaric explicó que actualmente el Movimiento de la Virgen Schoenstatt solo existe en la capital del Estado, sin embargo se cuenta con misioneras en Ciudad del Carmen, Isla Aguada, Escárcega y Nunkiní, entre otros lugares.
Sobre los frutos que en particular ha dado la campaña de Schoenstatt en Campeche, expresó que el pueblo campechano es muy devoto de la Madre de Dios, sin embargo, adolece de mucha formación en su fe.
“Yo no digo que todos no tengan formación, pero ésta es imprescindible, y nosotros venimos de un movimiento, de una formación muy fuerte dada por un sacerdote alemán, el padre José Kentenich quien fue inspirado por Dios a través de la imagen de Schoenstatt”.
Esta vocación evangelizadora, agregó, está expresada en la imagen de la Virgen de Schoenstatt que no corresponde a una aparición sino a una inspiración, donde muestra la imagen de la Madre de Dios que cubre con su manto a Jesús niño.
“Esta imagen transmite las tres gracias del santuario: el cobijamiento, la transformación interior y envío apostólico. Eso fue lo que movió al pueblo campechano, pues uno de los carismas de Schoenstatt es la santidad en la vida diaria”, enfatizó.

Información: Noemí Heredia Bernés