Violencia

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La violencia está definida como el uso de la fuerza para conseguir un fin, especialmente para dominar a alguien o para imponer algo. Es una acción deliberada, aunque en ocasiones aprendida o imitada, cuyo resultado es dañar o someter en forma física, sexual, psicológica o verbal a otro individuo o a una colectividad. La violencia se produce a partir de acciones y lenguajes, pero también de silencios e inacciones; está valorada negativamente por la ética, la moral y el derecho, y está asociada al uso de la fuerza y del poder. De acuerdo a sus características particulares, ha sido tipificada como delito en los códigos penales, encontrándose por ejemplo la violencia de género, intrafamiliar y psicológica; otros tipos como la obstétrica y la de política en contra de la mujeres, se encuentran en análisis para su posible incorporación.
En mayor o menor medida, la violencia siempre ha existido, y en porcentajes más altos son las mujeres quienes reciben un trato más violento, en su mayoría por parte de sus parejas, padres e hijos varones, aunque algunas estadísticas indican que también reciben un trato violento de otras mujeres. Sociológicamente algunos estudios nos indican que la violencia es un fenómeno característico de la sociedad, está se da, en todos los estratos sociales y en todas las condiciones socioeconómicas y académicas.
Sin embargo, desde mi opinión, la violencia de estos tiempos me parece que está exponencialmente más a la vista que en otras ocasiones, hoy, las redes sociales, la televisión y el internet, nos llevan a las últimas noticias con todo tipo de detalles y de imágenes y nos dan la oportunidad de comentar esas noticias o notas, desde nuestro punto de vista, sin medir consecuencias y muchas de las veces, a través de la escritura hacemos uso de la violencia para denostar, criticar, agredir, violentar y atizar los ánimos.
Como ejemplo de lo anterior, esta semana todos tuvimos la oportunidad de conocer de primera mano la agresión sufrida por un joven a manos de otro con un arma punzocortante al interior de un aula escolar; también conocimos la acción violenta de una pareja de empresarios restauranteros, a un vendedor de helados que se encontraba en la vía pública; por otro lado, una mujer agrede a un hombre, cuando ella intenta incorporarse a una fila del banco; otra nota de la semana fue, la de unos hermanos que al calor de bebidas etílicas, recuerdan viejas rencillas y se apuñalan después de una acalorada discusión; y la de un grupo de comerciantes ambulantes, agrediendo a personal de seguridad pública al arrojarles piedras y palos. Y si continuamos tan sólo hojeando un periódico, o mirando nuestra red social o las noticias en televisión, las mayores notas siempre son sobre la violencia y la agresión que se ejerce en contra de otros.
Por lo tanto, nos debemos a la reflexión y al análisis; es decir, debemos de sentarnos a preguntarnos qué es lo que provoca en la sociedad esa efervescencia que resulta en violencia extrema, ¿es la carencia de valores?, ¿es el exceso materialista de la vida moderna?, ¿es la falta de atención de padres hacia los hijos?, ¿será acaso la carencia económica?, ¿ o el exceso de dinero?, ¿o es el vacío interior disfrazado de felicidad?, ¿qué nos produce ser violentos?, ¿será que no tengamos la capacidad de discernir para controlar nuestros impulsos?
Lo que esto sea, pero debemos de procurar todos los días que nuestro ánimo no se enturbie y no explote, contralar nuestros impulsos y procurar todos los días, tener acciones que disminuya la violencia en nuestro alrededor.