QUE la nueva dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) está tomando muy en serio el papel que le toca desempeñar como oposición en el país y como primera fuerza política en Campeche. Saben bien que los tiempos políticos ya quedaron atrás y que ahora deberán de enmendar los errores de la reciente experiencia electoral.
Que Jorge Manuel Lazo Pech si algo tiene es experiencia, colmillo retorcido en eso de lidiar con los militantes del PRI, donde ha cumplido con una larga trayectoria partidista y, por tanto, es visto como una autoridad moral y real dentro de la estructura, tanto por los viejos como por los nuevo rostros del partido tricolor campechanos.
Que ahora no solo le corresponderá unir a todos los militantes, limar las asperezas y principalmente enfocarse a reactivar la confianza de que alguna vez gozó mayoritariamente su partido en la entidad. Es cierto que las pasadas elecciones fueron atípicas y los resultados tuvieron muchas variables que los influyeron, pero ahora el reto es el 2021.
Que por lo pronto, hace unos días, en la presentación de la dirigencia ante el IEEC, su presidente reconoció que la sociedad exige resultados y solo se logran con trabajo. “La dirigencia que nos toca encabezar es de puertas abiertas, de diálogo, de acuerdos y de reconocer a los militantes”. Qué bueno que tienen claro el panorama, ahora solo falta aterrizar las palabras a los hechos.