Elizabeth Terrazas
“Amen y hagan el bien a sus enemigos” llamó el Obispo de Campeche, monseñor José Francisco González González, durante la misa dominical del medio día en la Catedral.
A prácticamente una semana del inicio de la Cuaresma, monseñor González González invitó a los feligreses reflexionar sobre las Sagradas Escrituras, en particular del momento en que Jesús, durante su prédica pide amar a los enemigos.
Un llamado, dijo, que sin duda sorprende como tal y como sucedió hace más de 2 mil años, cuando en el Evangelio de san Lucas dice: “Yo les digo a ustedes que me escuchan: “Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica”, expresó.
Monseñor José Francisco recordó que así como Jesús enseña a través de las bienaventuranzas, de la misma manera lo hace con esta prédica sobre el amor, en el conocido Sermón de la Planicie.
“Jesús manda a amar a nuestros enemigos, porque el amor no puede depender de lo que recibimos del otro. No es tener la recompensa o retribución inmediata. El verdadero amor tiene que querer también el bien del otro, independientemente de lo que él o ella hagan por mí”, explicó.
Aclaró que el amor hacia lo enemigos no significa unirse a sus causa sin reparar en ellas, es decir, considerar si son gratas ante los ojos de Dios, sino significa no guardar el resentimiento en el corazón y llenarlo de misericordia, de perdón.
Para ello, agregó que Jesús aconseja no juzgar ni condenar, perdonar y dar en abundancia, porque cuando Él dice que a quienes amen a sus enemigos se les dará, significa que Dios será quien recompense y procederá con justicia sobre lo que cada persona merece.