A más de 40 años que el uso del tren fuera reemplazado por otras vías de interconexión más rápidas, un nuevo proyecto comienza a materializarse, el “Tren Maya”. Si bien fue propuesto en 2012 por el presidente Enrique Peña Nieto y en 2015 fue cancelado, Andrés Manuel López Obrador lo retomó y extendió la ruta, lo que beneficiaría a Campeche con más puntos de conexión que incluirán Candelaria, Escárcega, Campeche y Calakmul.
Si bien las condiciones no son las mismas que hace un siglo, cuando el tren en la entidad revolucionó la forma de conectarse entre pueblos y Estados, sí representa una nueva forma de hacer turismo, tal y como se hace en otros países de primer mundo como Estados Unidos y Europa.
La construcción de las vías férreas y de la infraestructura que se requiere para esta importante ruta maya que pretende unir, además de las zonas arqueológicas de Chichén Itzá, Calakmul y Tulum, otros puntos turísticos de Campeche, Mérida y Valladolid, está programada para finalizarse en cuatro años a partir de la licitación en diciembre de este año.
Se prevé que la inversión sea de 120 a 150 mil millones de pesos, invirtiendo 7 mil millones de pesos del dinero público por año.
Aunque la entrada en función del Tren Maya parece muy lejana, a partir de la licitación se detonará la economía de los Estados involucrados. En Campeche, representa una gran oportunidad de emprendimiento comercial y turístico, así como la consolidación de la entidad como un destino favorito por su riqueza arquitectónica, raíces mayas e historia pirata.
LA HISTORIA
El auge del tren ocurrió durante la presidencia de Porfirio Díaz, simbolizando el progreso y la modernidad de sus pueblos. Campeche no fue la excepción, la intención de dotar de un sistema de comunicación e interconexión se materializó por etapas hasta que finalmente en 1880 se autorizó por decreto la construcción de un ferrocarril de la ciudad de Campeche a la Villa de Calkiní, el cual incluía la prolongación de las vías hasta Lerma.
De esta manera, el 5 de mayo de 1882 se inauguró el tramo comprendido de Lerma a la Batería de San Luis, siendo estos los primeros 4 kilómetros que darían modernidad al Estado. El 12 del mismo mes, se colocó el primer clavo de la vía principal en el pueblo de Tenabo. Por decreto especial del Congreso, desde 1880 se planteó la construcción de un ferrocarril con telégrafo, de Mérida, Yucatán a Calkiní, Campeche, mismo que comenzó su construcción el 6 de enero de 1882, que representó un día histórico para ambos Estados por las relaciones comerciales que en adelante se tendrían.
Aunque la red unía a las dos principales ciudades de la Península de Yucatán, estaba aislada de las líneas de los ferrocarriles nacionales. Por ello, la idea de la unificación nacional y el desarrollo económico del sureste permaneció latente durante las primeras décadas del siglo XX.
El 18 de junio de 1949 el ramal desde Coatzacoalcos se unió al que continuaba desde Campeche, en el kilómetro 325. Esto significó el fin del aislamiento de la Península de Yucatán con el centro del país, Ferrocarriles Nacionales de México y Ferrocarriles del Sureste convergieron desde entonces en Coatzacoalcos, Veracruz.
El costo total del Ferrocarril del Sureste ascendió a 254 millones 351 mil pesos, que incluían el derecho de vía, los estudios de localización, erogaciones generales como campamentos, operación de la flota de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, la elaboración de terracerías, obras de arte, tendido de vía y costos auxiliares como maquinaria, vehículos, combustibles, operación y conservación.
EL TREN EN CAMPECHE
El tren en Campeche como en el resto del país fue un parteaguas de modernidad por la transformación de la estructura económica, porque removió los principales obstáculos de crecimiento. Por una parte las grandes empresas industriales podían transportar materias primas y productos en grandes tonelajes a través de las vías férreas de forma segura y controlada, mientras que la población podía transportarse de un lugar a otro en menor tiempo, sin dejar de lado las fuentes de empleo formales.
Desde 1939 el principal producto a transportar fue el chicle, que tuvo gran demanda durante la Segunda Guerra Mundial y hasta 1943, el envío de madera y de granos permitió sostener el tráfico de carga del ferrocarril.
Cuando llegó a la gubernatura Lavalle Urbina en 1943, las vías de comunicación internas y exteriores de la entidad empezaron a mejorar. A la línea de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán se habían sumado, desde 1942, 333 kilómetros de durmientes del Ferrocarril del Sureste, mismos que conectaban a Campeche con Tenosique, Tabasco, y atravesaban las regiones chicleras de Escárcega y Candelaria.
La línea partía de la ciudad de Campeche, pasando por los pueblos de Chiná, Pocyaxum, Tixmucuy y Pich, así como por las vías de Hopelchén y Bolonchenticul, de la zona de los Chenes, y terminaba más allá de Dzitbalché, en un punto ubicado en Quintana Roo. Con la unión del tendido con Coatzacoalcos en 1949, no solo se conectó a Campeche con el resto del país, sino que el crecimiento económico e industrial aumentó.
Campeche se unió tarde a la era del ferrocarril porque el auge del vehículo automotor sobre caminos asfaltados ganó terreno rápidamente, la inauguración del Ferrocarril del Sureste alentó las expectativas de integración nacional y desarrollo económico, permitiendo a la agricultura moderna y a la ganadería la explotación de las riquezas tropicales de las selvas del suroeste.
Finalmente, en la década de los 70’s inició el declive del uso del tren con fines de transporte humano y el servicio desapareció de forma paulatina.
TREN MAYA
La evolución del transporte en tren se suma a las estrategias de modernización del turismo, ahora con un aliento de transformación desde el Estado, quien desde ahora trabaja para consolidar la oferta, productos y servicios que tiene Campeche.
La Secretaría de Turismo ha dado a conocer que ya se han reunido con el sector público y privado para trazar las rutas de acción de cara a este ambicioso proyecto, garantizando los servicios públicos, de seguridad y de acceso carretero.
De acuerdo con lo anunciado, en cuatro años Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo estarán unidos a través de un tren moderno, impulsando el turismo de la región y aprovechando la riqueza cultural maya que se concentra en esta zona.
El Cronista de la Ciudad, José Alcocer Bernés, afirmó que con esta obra Campeche se sumaría al gran turismo representado por Estados Unidos y Europa, donde no solo el tren moderno incentiva la actividad, sino que lo eleva a uno de lujo.
Para la entidad se tienen contempladas estaciones en Candelaria, Escárcega, Calakmul y Campeche, pero en total, se prevé que los puntos obligados dentro de la ruta maya serán 12, en los mil 500 kilómetros de vías que se construirán.
De acuerdo con el secretario de Turismo del Gobierno del Estado, Jorge Manos Esparragoza, el proyecto tiene potencial porque llegará a zonas de gran riqueza cultural, que son poco conocidas incluso por los locales, creando nuevos puntos de interés donde no se podría llegar de manera tan rápida y económica.
Si bien las estrategias en materia turística han reflejado resultados en los últimos tres años, superando las expectativas de cada periodo vacacional, este nuevo proyecto permitirá consolidar al Estado como un destino favorito de nacionales y extranjeros.
Tan solo en el periodo de Semana Santa de este año se logró una ocupación hotelera del 76 por ciento, lo que significó una derrama de más de 40 millones de pesos para el Estado y al 12 de agosto, se logró superar el 80 por ciento.
Información: Anabel Martínez Torres