Habitantes de Bacabchén protestaron en los bajos del palacio municipal para exigir a la autoridad agua potable en sus hogares, la cual desde hace más de dos meses no llega a la comunidad por el mal servicio de las bombas que requieren mantenimiento.
Con pancartas en mano, ciudadanos encabezados por Norma Chim Dzul, Rosa María Dzul Collí y Julio César Dzul Caamal protestaron molestos por el deficiente servicio que les brinda la autoridad, por lo cual se ven obligados a almacenar agua de pozo en cubetas, tinacos, ollas o donde sea posible con el riesgo de enfermarse por no estar clorada.
“Esta situación se complica todos los días por el fuerte calor, todos vivimos un calvario porque las personas de la tercera edad y niños pequeños son los más afectados al deshidratarse fácilmente; aunado a esto los animales de crianza no tienen qué beber y hasta los árboles frutales se están secando”, expresó doña Norma Chim.
Los pobladores exigen pronta solución a esta situación y no esperar a que alguien muera por un golpe de calor, “los habitantes de Bacabchén hacemos un llamado a las autoridades e incluso al gobernador para que atiendan este problema lo más pronto posible”.
División en La Victoria
Por otra parte, en la comunidad La Victoria, del municipio de Escárcega, al parecer la mayoría de sus habitantes está dividida entre los que se niegan a pagar 30 pesos mensuales por el servicio de agua potable, y los que sí.
Aurora Díaz, Carolina Velázquez y Leonarda Asunción Solís dijeron que el agente municipal, Ignacio Vázquez García anunció que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) amenazó con suspender el servicio de energía si no se saldaba un adeudo, pero la mayoría de los usuarios dijeron que no tenían dinero y si les pagaban recursos de Prospera estatales y federales quizá podrían cooperar.
El agente pidió una prórroga a la CFE y al vencer el plazo (hace casi dos meses) les cortaron el servicio eléctrico que permite el funcionamiento de las bombas. Las familias viven una situación difícil y aunque una parte de los usuarios ha pagado su cuota a la autoridad, hay quienes se niegan y son quienes más gritan y exigen el servicio aunque no quieren colaborar.
Esta situación ha generado un divisionismo en el pueblo donde muchos culpan al agente Ignacio Vázquez García al considerarlo una persona apática que no quiere trabajar, pero por unos cuantos muchos pagan las consecuencias de la sequía.
Información: Rosendo Balán y Rafael Can