Que la que se quiere despedir de la actual Legislatura con la etiqueta de “rebelde sin causa” es la coordinadora parlamentaria del Partido Acción Nacional, María Asunción Caballero May, quien durante casi tres años se mantuvo cordial, aprobando iniciativas sin problemas y sin importar que vinieran del grupo del PRI o que tuvieran relación con actividades del Gobierno del Estado.
Que, sin embargo, ahora tal parece que la diputada está enojada por algo o simplemente sigue la línea que le dictan sus superiores para ponerse en contra de todo lo que tenga que ver con el Gobierno. Casi una semana después de que concluyeran las comparecencias de los secretarios del gabinete, a Caballero May se le acordó que no está conforme con las respuestas que se dieron en los encuentros entre funcionarios y diputados.
Que ayer tomó el micrófono de la diputación permanente para decir que está inconforme con lo que se dijo en las comparecencias. ¿Y por qué no lo dijo de frente a los funcionarios, en el momento adecuado? ¿Acaso no le dio tiempo en las más de tres horas que mínimo duraron las comparecencias, para aclarar sus dudas? ¿Por qué una semana después le brota el enojo? ¿Acaso es solo una reacción más por la derrota panista en Ciudad del Carmen?
Que tal parece que hay diputados que en lugar de convertirse en verdaderos representantes del pueblo que los llevó a las curules, se transforman en convenencieros defensores de intereses partidistas y personales de dirigentes políticos a los que le deben el favor de haber sido colocados como coordinadores parlamentarios. ¡Qué vergüenza!