Universidades, a la vanguardia por inclusión

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La Unacar tiene espacios adaptados para sillas de ruedas y otros aditamentos.

Organismos como el Centro de Estudios Tecnológicos del Mar número 02 “Cap. Pedro Sáinz de Baranda y Borreiro”, y la Universidad Autónoma del Carmen (Unacar) son planteles inclusivos debido a algunos alumnos que asisten con discapacidad.
Manuela Pérez Pacheco, jefa del Departamento de Educación Especial de la Secretaría de Educación (Seduc) dijo que en 2018 realizaron actividades para cumplir su propósito y desde ello la Unacar se convirtió en el primer plantel del sureste con infraestructura y personal académico calificado para atender a personas con discapacidad.
Esto –continuó– representa un paso importante en el objetivo educativo, pues se cumplirá el compromiso del gobernador Alejandro Moreno Cárdenas de hacer que la educación sea igualitaria en todo el Estado.
Y aunque ya están bastante avanzadas las labores en la Unacar, la funcionaria señaló que se espera que el Cetmar desarrolle el mismo avance antes de concluir el ciclo escolar, principalmente en capacitación de sus docentes, pues el plantel está adaptado en infraestructura.
“Hemos trabajado mucho en el tema y eso ha impulsado la participación de los padres de familia, que al ver que se atiende a sus hijos le ponen gran interés para cumplir la meta que es que los jóvenes concluyan sus estudios profesionales”.
Pérez Pacheco recordó que el rector de la Unacar, José Antonio Ruz Hernández ya presentó al departamento de Educación Especial los egresos para infraestructura de la Universidad que incluyen desde instalación del elevador hasta la colocación de rampas.
En temas de capacitación se beneficiarán 230 docentes que asistirán al curso “Atención de la Diversidad y Discapacidad, Inclusión y Equidad”, esto a petición de la misma Unacar para convertirse en su totalidad en una Universidad inclusiva para jóvenes con discapacidad auditiva, visual y motora.
La capacitación servirá para que los 18 jóvenes con discapacidad que asisten al plantel transformen sus prácticas y su forma de aprendizaje, además de permitir a los maestros sensibilizar a la comunidad estudiantil y transformen sus políticas y cultura de atención a la población vulnerable.