El presbítero Saúl Zabala Priego dio la última misa en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción, y al terminar encabezó una procesión por el primer cuadro de la villa de Pomuch acompañado por católicos de diferentes puntos del Camino Real.
Desde temprana hora de ayer, los feligreses se congregaron en la pequeña capilla para participar en la sagrada eucaristía. En esta ocasión no fue trasladada la efigie de la Concepción en el terreno donde se tiene previsto construir su santuario; sin embargo, el atrio de la iglesia fue el escenario de sus celebraciones.
En su mensaje, el párroco resaltó la celebración de la misericordia del Señor y pidió recibir la salvación del creador y confiar en Él, “no debemos ser como el apóstol Tomás que al escuchar de sus compañeros que el hijo de Dios se había reunido con ellos, sin pensarlo les dijo que no lo creía, hasta que no vea las marcas de los clavos en sus manos y meter la mano en uno de sus costados”, expresó.
“Este día la madre de Dios, bajo el nombre de Inmaculada Concepción, es venerada por la Iglesia Católica y en Pomuch recibe a sus hijos que tienen la dicha de contar con una imagen dulce y bella para ser la intercesora en el camino de la salvación, prueba de su bendición es la lluvia que se dejó sentir en promesa a buena cosecha de maíz a los campesinos”.
Al concluir la misa todos salieron en procesión por las calles de la comunidad y más adelante la imagen fue llevada en hombros de las señoras, entre cantos y alabanzas llegó a su altar para despedirse con rudas y flores de sus fieles.
Finalmente, al llegar la noche la Virgen fue subida a su nicho en espera del siguiente festejo que será en diciembre.
Información: Rosendo Balán Caamal