A las 9:30 de la mañana, Joaquín Guzmán Loera y El Chapo se miraron de frente y sonrieron. Uno es el acusado más famoso de EU y, el segundo, Alejandro Edda, actor que le da vida en la serie Narcos: México, de Netflix.
Con look de hipster, Edda llegó a las 6 de la mañana a formarse como cualquier ciudadano para hacerse de uno de los pocos y cotizados lugares que hay en la Corte Federal de Brooklyn para quienes buscan atender el juicio del ex líder del cártel de Sinaloa.
Edda dijo que acudía al juicio para estudiar al personaje que en futuras temporadas tomará un papel mucho más importante dentro de la narrativa de la serie. Y muy pronto tuvo la oportunidad de verlo: cuando ingresó a la sala en la que se lleva el proceso judicial, el abogado del Chapo, Eduardo Balarezzo, le avisó a su cliente al oído; el capo miró de lejos al actor, que tragó saliva y sonrió tímidamente.
“Me puse nervioso, cuando me saludó de lejos fue intimidante”, admitió Edda. Hace unos días, confesó, contactó a un par de periodistas neoyorquinos para preguntarles qué tan complicado resultaba ingresar al juicio.
Joaquín Guzmán volvió a su mutis al que su calidad de acusado le obliga y El Chapo de Netflix hasta salió a dar una conferencia banquetera y llegó a dar color a un día informativamente gris.
Antes de que iniciaran las actividades, El Chapo fake tuvo oportunidad de saludar de cerca a la esposa del capo, Emma Coronel. Edda diría después, quizá un tanto arriesgadamente, que quizá buscará invitarla a cenar para tratar de profundizar en el personaje de la serie que pronto iniciará su segunda temporada. El papel justifica cualquier cosa.
Mientras presenciaba el final del testimonio de Isaías Valdez, Memín, piloto y gatillero de Guzmán, El Chapo de la tele se imaginó, dijo, las cosas que pudieran pasarle por la cabeza al “conejillo de indias”, como llamó al reo.
“Es fuerte, es triste, todo el poder de EU sobre una persona. El señor debe pagar por sus crímenes, (pero) hay una verdad oculta y El Chapo posiblemente sea un títere, pues él irá a la cárcel, pero acá afuera hay muchos libres que posiblemente tengan que ver con esos crímenes”, afirmó.
Como se reveló en el juicio hace unos días, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera siempre soñó con una película sobre su vida. Y aunque no se pudo hacer a su manera, hoy se puede sentir tranquilo y hasta satisfecho: ya conoció a quien lo representa en la ficción.
No subirá a la silla de testigos
Ante la pregunta del juez Brian Cogan, Joaquín Guzmán Loera finalmente aclaró que no subirá a la silla de los testigos.
“Debe saber que la decisión es suya”, le cuestionó Cogan. “Me voy a reservar”, contestó El Chapo y aclaró que ya sus abogados lo habían asesorado “y yo estoy de acuerdo”, culminó.
La primera y única vez que se escuchará en vivo la voz del acusado en la corte de Brooklyn fue para aclarar algo sobre lo que se vino especulando en días recientes. Y aunque estaba en la lista de los testigos de la defensa, al final no utilizará ese derecho.
Hoy la defensa traerá a sus únicos dos cooperantes, y miércoles y jueves ambos bandos presentarán sus argumentos finales. A partir del viernes se calcula que el jurado inicie con sus deliberaciones para tener una sentencia al inicio de la siguiente semana. _