Que finalizó 2018, y empezó 2019, un año que será importante en muchos sentidos, complicado en otros, pero que como todo inicio genera altas expectativas. En lo político será un calendario en el que comiencen a verse con más forma la manera de actuar de la nueva administración federal, ahora sí todo lo que haga el Gobierno corresponderá a decisiones del nuevo presidente Andrés Manuel López Obrador.
Que varias de las decisiones que ha tomado a finales del año pasado no han caído bien, una de ellas, y la más preocupante, son los recortes en el presupuesto, que afectarían cientos de programas que se venían aplicando, mientras que otros más tendrían un importante impulso, o bien comenzarán a ser construidos.
Que en lo económico, si bien entró en vigor desde ayer el nuevo salario mínimo que, centavos más o menos pasó de 88 a 102 pesos, pero eso es insuficiente para satisfacer las necesidades de miles de personas que lo reciben. Es verdad, es un aumento histórico, pero insuficiente. El panorama para comercios, especialmente los micro y pequeños, no luce alentador, con las próximas alzas en insumos, y por los elevados costos que se tienen que pagar en impuestos o en servicios como la electricidad.
Que en todos los sectores productivos hay preocupación por las difíciles condiciones económicas, aunque en varios de los casos hay la esperanza de que los estragos no sean severos. En lo estatal, se espera que la puesta en marcha del Tren Maya sea un aliciente para la economía, además que continuarán las obras que ya ha emprendido el Gobierno estatal. Como quiera que sea, hay que mantener la calma y el optimismo para el año que aún inicia, y para el cual los autores de esta columna le desea dicha y prosperidad, amable lector.