Rosendo Balán Caamal
Las misas de gallo para despedir el año viejo y recibir el 2019 dieron principio a partir de las diez de la noche en las diferentes parroquias de la cabecera municipal, la ciudad de Dzitbalché, la Villa de Bécal y la comunidad de Nunkiní, donde se dieron cita cientos de católicos que agradecieron por el año que concluye y por el que apenas está iniciando, en medio de abrazos y buenos deseos; también, en algunos templos hubo adoración al Santísimo previo a la celebración eucarística.
La tradicional Misa de Gallo, con motivo del fin de año y para recibir el nuevo, es otra de las celebraciones que lleva a cabo la iglesia católica donde la feligresía participa con entusiasmo para agradecer a Dios los favores recibidos y pedir que este año que principia sea mucho mejor en cuestión de salud, trabajo, amor y prosperidad.
El presbítero Juan Eliodoro Kantún Huchín, durante la Misa de Gallo, bendijo a los asistentes en la parroquia central dedicada a San Luis Obispo y deseó lo mejor para 2019, la celebración eucarística dio principio a las diez de la noche con el propósito de que las familias llegaran con tiempo a sus hogares para estar con sus seres queridos y darle la bienvenida a una nueva etapa.
En Dzitbalché, el presbítero José Luis Ye Ehuan celebró la Misa de Galló en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, a las diez de la noche, pero horas antes inició la adoración al Santísimo; lo mismo que en la villa de Bécal, en la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora, en el mismo horario; y en Nunkiní, donde se realizó el evento en el horario establecido en la parroquia de San Diego de Alcalá.
El pasado lunes 31 de diciembre, una vez que entró la noche, numerosos católicos se dieron cita en las respectivas parroquias y capillas; otros, en cambio, acudieron a los templos evangélicos a celebrar el culto para esperar la llegada del año nuevo, en medio de un entusiasmo en el que también representaron dramas sobre el año que se va y el que llega.