Por: Noemí Heredia Bernés
A vivir de manera congruente, hacer el bien y evitar el mal en cualquier aspecto de la vida, exhortó el Obispo de Campeche, monseñor José Francisco González González en la misa del Tercer Domingo de Adviento en la Catedral, en donde afirmó que “no hay llegada de Jesús si no hay conversión del pecado”.
Acompañado por el Diácono Transitorio, Isaías Alejandro Teofani, monseñor invitó a una familia acercarse a la Corona de Adviento para encender el tercer cirio que simboliza un paso más en la preparación de la Iglesia hacia la Navidad.
Posteriormente se leyó el Evangelio según San Lucas, que relató un pasaje donde la gente que seguía al profeta Juan Bautista le cuestionó qué debían hacer para ser gratos ante los ojos de Dios y él, además de enviarles a hacer el bien y ver las necesidades de los demás, anunció la llegada de Jesús.
Citó el ejemplo de los publicanos, los cobradores de impuestos y de los soldados del Imperio Romano que debieron tomar una decisión entre hacer a un lado la corrupción y la injusticia que les permitía la posición de poder que ostentaban.
Por ello, vivir realmente una conversión a Dios debe moderar la codicia y vivir honradamente con el pago justo por la labor que desempeñan.
Finalmente llamó a vivir con las dos enseñanzas de Juan Bautista: hacer el bien y evitar el mal.
En la ceremonia se pidió orar por el presbítero Tomás Alva Hernández, quien hoy cumple 49 años de sacerdocio.
A contribuir con el diezmo
Por otra parte, la Diócesis de Campeche exhorta a los feligreses contribuir con la labor de servicio y evangelización a través del diezmo que solicita la Iglesia dos veces al año.
En todas las parroquias y capillas de la Diócesis se distribuyeron sobres rotulados para que los fieles que perciben un salario ofrenden el equivalente a un día de trabajo.
En la Catedral, el párroco Francisco Velázquez Trejo explicó que el diezmo en una suma económica que la Iglesia pide de manera voluntaria para la evangelización y servicio de los más necesitados.
Esto no es como la colecta que se realiza durante las misas, debe ser un día de salario que se ofrenda a Dios dos veces al año, contrario a otras organizaciones religiosas que se solicita cada semana o cada mes.
En el Antiguo Testamento tiene una importante orientación hacia la caridad con los pobres, tal y como se lee en el libro de Deuteronomio 26,12.
En el Nuevo Testamento Cristo no rechaza el diezmo pero enseña una referencia nueva, dar no el 10 por ciento sino darse del todo por amor, sin contar el costo, y se le considera un deber como ordenanza divina que obliga a la conciencia a ayudar.