Así es Campeche, las cosas como son
Gerardo Romero Olivera
No todo aquel individuo o persona que se mete a la política para contender a un cargo de gobierno garantiza resultados una vez en posesión de la investidura. Y menos en los tiempos actuales donde muchos de los que hoy son presidentes municipales o gobernadores, que son los que fungen como ejecutivos del poder que ostentan, con nula, poca o mucha preparación académica, son ignorantes de las atribuciones que deben cumplir al llegar al puesto que la ciudadanía les otorgó con su voto. Esto se debe a que por simple ocurrencia o por ambición de llegar a un puesto público y saborear las mieles de la riqueza y del poder, ya cualquier hijo de vecino se siente capaz de gobernar un ayuntamiento o una entidad creyendo que con ocurrencias, cara bonita o popularidad ya se merecen la oportunidad de ocupar tan importantes responsabilidades, no importando si es o no capaz de cumplirlas y dar resultados a la ciudadanía que inconscientemente les dió la confianza, solo por estar cansados ya de otras opciones políticas.
Lamentablemente esto se dió por yerros y malas actuaciones en que incurrieron políticos del pasado, amparados en las siglas del PAN,PRI,PRD,PVEM,PANAL, desde diversas posiciones de gobierno y de la función pública, lo que provocó un hartazgo ciudadano tal que millones de votantes dejaron de razonar su sufragio y les dió ya lo mismo tachar su boleta por cualquier otro que no representará ese pasado en el que quienes resultaban favorecidos por el sufragio se burlaron y traicionaron una y otra vez la confianza que por muchos años se les brindó cometiendo brutales actos de corrupción. A cambio, luego de los comicios del 1°de julio de 2018, el hartazgo ciudadano tiene como resultado hoy a alcaldes y gobernadores que en diversas partes del país no saben ni tienen la más mínima idea de lo que es ejercer la gobernanza y que son incapaces de responder con prontitud y eficacia para solucionar los problemas que afectan a la gente, a quienes los eligieron para el cargo y a quienes no, pues ya su obligación es con todos.
Muchos de los que hoy ¿gobiernan? municipios y estados, como sucedió en el caso del partido de MORENA donde en los pasados comicios arrasó la figura y el liderazgo de quien es hoy nuestro presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, están en sus cargos por él y gracias a que salieron sorteados a través de rifas que se dieron en “tómbolas”. O sea, el azar les favoreció para llegar a posiciones de gobierno donde a unos meses de estar en funciones ha quedado más que demostrado que son ineficientes e incapaces de cumplir con sus respectivos encargos y no saben ni lo que “es la O por lo redondo” y algunos apenas y saben escribir correctamente su nombre. Otros “afortunados” que presumen preparación académica en sus puestos de presidentes municipales o gobernadores, como creen saberlo todo, actúan en base a absurdas ocurrencias y pretenden imponerlas solo por el hecho de sentir el poder que les da el cargo y la inmunidad del fuero.
En el municipio de Campeche se está dando un claro mal ejemplo de lo que es estar impreparado para gobernar. Aquí no ganó electoralmente alguien de MORENA sino quien representó en coalición los intereses del PAN y de Movimiento Ciudadano: Eliseo Fernández Montúfar se llevó la alcaldía de Campeche con una importante ventaja de votos sobre sus principales rivales ya que se supo vender en su anterior cargo de diputado local por el segundo distrito como un legislador cercano a la gente y sumó simpatías, no
cumpliendo su labor, legislativa sino “bacheando” calles y con un discurso anticorrupción donde presumía un “buen gobierno” para los campechanos.
A poco más de cuatro meses de llegar al ayuntamiento campechano, Eliseo Fernández Montufar ha dado muestras de que saber gobernar no es lo suyo y ha confundido sus habilidades en las artes marciales mixtas para imponer su voluntad de ejercer un gobierno a base de violencia, donde el raciocinio y la conciliación para resolver los asuntos que aquejan al municipio y a los ciudadanos lo ha dejado a un lado para dar paso a un alcalde soberbio y prepotente donde solo su palabra es la ley. El problema mayor que tiene Fernández Montufar es que ya se cree gobernador del estado cuando aun no cumple a cabalidad su compromiso como alcalde. Se le olvida que él no es dueño del Ayuntamiento de Campeche, que tres años se van rápido y que las “voces” que le cantan al oído son por conveniencia, por su posición de poder y no por su gracia o encanto. Más allá de su ego, Eliseo debe tener en cuenta que la capacidad de saber gobernar, se nota, pero la incapacidad… también.