Noemí Heredia Bernés
Entre la tradición y la superstición, los campechanos se preparan para celebrar la última noche del año con buenos deseos y la esperanza de buena fortuna, algunos sin perder la costumbre de rituales que aún prevalecen, aunque cuesten caro, como comprar las uvas para pedir los 12 deseos.
La psicóloga Blanca Mijangos Chan expresó que realizar rituales para el Año Nuevo, alguna tarea física o acto simbólico, es positivo en tanto la persona esté consciente que es su actitud ante la vida, el trabajo o esfuerzo invertido lo que verdaderamente le permitirá alcanzar sus metas.
“Creo que se pueden considerar una costumbre que nos prepara psicológicamente para comenzar el Año Nuevo de manera positiva, apartando los fracasos o errores que se cometieron en el año que termina”, expresó.
Agregó que también propician la unión familiar, como cuando se espera que el reloj marque las 12 de la noche para exclamar “¡Feliz Año Nuevo!”, comer las 12 uvas y pedir 12 deseos, uno por mes al sonar de las 12 campanadas, y compartir un abrazo para felicitarse. Todo eso es parte de una costumbre, un ritual.
La especialista agregó que algunos rituales favorecen la salud mental, pues animan a las personas a evaluar lo hecho en la vida, dejar atrás lo malo, cerrar ciclos e iniciar con nuevos bríos proyectos o cambios.
“Siempre será válido que el ser humano se mantenga en busca de todo aquello que le de bienestar y felicidad. En el caso de los campechanos, por su fuerte arraigo a sus raíces mayas, cuya religiosidad se encuentra ligada a lo ritual, somos un pueblo que acoge y mantiene este tipo de prácticas, como es el caso de la limpieza exhaustiva de las casas antes de la fiesta del Hanal Pixán o Día de Muerto, y que también se ha adoptado como ritual para recibir el Año Nuevo”, indicó.
Recordó que en algunas viviendas, se acostumbra realizar una limpieza general para recibir el año o a las 12 de la noche barrerla para sacar el polvo, es decir, todo aquello que no sirve o lo malo, e iniciar bien, ya que la limpieza y el orden atraen lo bueno.
Reiteró que esas acciones deben ser únicamente un medio de expresión de nuestros deseos y metas, pues la verdadera magia para lograr los anhelos se encuentra en las acciones que realizamos todos los días para alcanzarlos.
OTROS RITUALES
En la búsqueda de los rituales de Año Nuevo más recurrentes entre los campechanos, Novedades Campeche realizó un recorrido por el Mercado Principal “Pedro Sáinz de Baranda”, donde la gente adquiere la mayoría de los artículos para recibir con buenos deseos el 2019.
La primera parada fue la sección de frutas donde constatamos que ya se encuentran a la venta las “uvas globo” para la petición de los 12 deseos.
En la conocida zona seca visitamos los locales de ropa, cuyos percheros ya tienen la ropa interior roja y amarilla, en diversos materiales y diseños, para hombre y para mujer, los cuales deben obsequiarse para que a quien los recibe le llegue el amor (rojo) y el dinero (amarillo) en el año que inicia.
Otro punto de interés para los marchantes son los locales para la venta de santos, veladoras, oraciones, cuarzos, lociones y toda clase de artículos para atraer fortuna, amor, salud, amistad y todo lo que pueda imaginarse para el Año Nuevo.
Ahí es posible encontrar paquetes preparados expresamente para la llegada del Año Nuevo, como sacos de semillas que deberán vaciarse en un plato con una veladora encendida al centro, cuyo color determina el deseo.
En el caso de quienes desean buena fortuna o abundancia, el ritual será el mismo, sólo que en lugar de arroz deberán de ser lentejas, una veladora verde o dorada y colocar debajo de ellos un billete y monedas.
Uno de los más populares es salir de la casa justo a la primera campanada de las 12 de la noche con una maleta en mano para dar la vuelta a la manzana y con ello atraer viajes.DESDE LA FE
En tanto no reemplacen el sentido de fe de quienes se dicen bautizados en Cristo, la Iglesia admite la realización de rituales de Fin de Año, como la quema del Año Viejo y comer las 12 uvas al sonar de las 12 campanadas.
La Diócesis de Campeche explicó que este tipo de gestos o actividades que realizan algunas personas son consideradas por la Iglesia Católica para de la tradición o cultura popular.
Aclaró que no se admiten cuando la persona les otorga una importancia superior a su fe, es decir a su creencia en Dios.
Por ello, la Iglesia hace el llamado a los fieles para que realicen estas intenciones en un sentido de espiritualidad.
Sobre las costumbres, como el regalar o usar prendas de vestir de determinado color para encontrar el amor, el dinero, etcétera, afirmó que el cristiano debe tomar en cuenta que la verdadera felicidad y el amor la da Dios y que son las decisiones y acciones las que determinan las vida y no alguna especie de magia.
Citó como ejemplo que si la persona da amor a los demás, eso mismo se recibirá, tal y como lo dicen las Sagradas Escrituras “cosechamos lo que sembremos”, y de igual manera los bienes materiales.
El trabajo dignifica al hombre y es así como habrá de llegar la prosperidad a la vida de cada uno, la que a su vez debe ser compartida para que genere así mayor abundancia.
Finalmente, enfatizó que el mayor sentido de iniciar un nuevo año debe ser la esperanza y el ánimo de crecer espiritualmente, en Dios, para ser mejores seremos humanos y todo lo bueno vendrá por añadidura.