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columna de opinión
En fin, un pleito más en Morena.

Que un tema que ha sido comentado durante toda la semana, y seguro que seguirá en los corrillos políticos, por su importancia, es lo que ocurrió en Baja California. Ahí, el pasado martes, el Congreso del Estado aprobó por unanimidad una reforma constitucional para ampliar por cinco años el periodo del gobernador, el morenista Javier Bonilla, quien había sido electo, el 2 de junio pasado, para encabezar una administración de dos años.

Que lo grave es que esos mismos diputados habían avalado, previo a las elecciones, que el nuevo gobernador estaría en el cargo por solo dos años, para ajustarse con las elecciones de 2021. Lo cierto es que los bajacalifornianos votaron para un bienio, y eligieron al candidato de Morena, aunque hubo un 68% de abstencionismo, pero así es la democracia.

Que, sin embargo, el Congreso de ese estado decidió cambiar el periodo, y con votos de diputados del PAN, que son mayoría, del PRI, y de solo tres de Morena, sumado al respaldo de los municipios de Ensenada, Playas de Rosarito y Tecate, avalaron que Bonilla gobierne cinco años, en lugar de los dos por los que fue elegido por los ciudadanos.

Que lo que preocupa no es la desfachatez de los diputados que por su voluntad, y sus motivos, decidieron no respetar el periodo por el que fue electo el gobernador, sino que esa acción sienta un precedente para que cualquier Congreso decida pasar por encima de la Constitución y decida poner el tiempo que quiera a los jefes del Poder Ejecutivo. Por supuesto que también el Congreso de la Unión podría cambiar la ley y darle más años al Presidente. Así es como comienzan a fraguarse las dictaduras. Ojalá que los contrapesos impidan que eso ocurra.