Apenas el 10 por ciento del parque vehicular del transporte público urbano ha podido ser renovado, ante la falta de liquidez económica, ya que una unidad nueva representa un gasto de 1.7 millones de pesos, admitieron concesionarios.
En representación de las empresas, el presidente de Murallas de Campeche, Enrique Uribe García consideró que ahora no se puede renovar a la flota del transporte público que requiere cuando menos trabajos de rehabilitación y mantenimiento.
“Precisamente por la cuestión económica, la carestía que estamos viviendo es imposible pensar en renovar unidades cuando lo único a lo que aspiramos es en cuando menos mantener las unidades”, aseveró.
Indicó que hasta ahora solo se ha podido renovar no mayor al 10 por ciento de la flota de camiones en los últimos años.
Pero además, añadió, requiere mantenimiento mayor el parque vehicular que queda y que está operando en la ciudad capital.
“Al menos el 90 por ciento de la flota de unidades requiere de mayor mano de obra, principalmente de trabajos de hojalatería y mecánica”, señaló.
Sobre el presupuesto que implica poder renovar las unidades, Uribe García manifestó que en el mercado, empresas automotrices están pidiendo 300 mil pesos de enganche para poder renovar una unidad.
“El precio de contado está en un millón 750 mil pesos y en caso de obtenerlo por medio de un crédito, se da a plazos de 35 mil pesos mensuales, pero esa cantidad no se genera para poder adquirirlo, porque hay que pagar los altos costos del diésel y refacciones”, expuso.
Comentó que en tanto, el ingreso anual varía entre cooperativas, pero ahora lo que está afectado es el costo del mantenimiento.
“Ahí si el gasto es bastante oneroso, en total entre mano de obra, sueldo, mantenimiento, combustible, y otras cosas, se tiene que desembolsar alrededor de 80 mil pesos en gasto mensual por unidad”, mencionó.
Admitió que en la actualidad sí hay opciones de créditos, aunque lo que no hay opción es de cómo poder pagar los créditos.
“Los créditos están disponibles, incluso en los bancos, pero no se puede, no son pagables con los ingresos que se recupera por la prestación del servicio, y bueno, si pudieran bajar el precio del diésel o de las refacciones, entonces sería mejor, como sucedía cuando teníamos liquidez financiera entre el 2014 y 2015, cuando si se podía mantener el transporte como debía de ser.
En cuanto al incremento de las tarifas del pasaje del transporte público urbano, Uribe García expresó que es algo que no es una opción pues los concesionarios no pueden decidir sobre ello.