El pasado 18 de julio se cumplieron 100 años del nacimiento de Nelson Mandela, leer su nombre, nos remite a una palabra: libertad; Madiba le llamaban a modo de cariño y respeto, porque con ese nombre se honraba al consejo de ancianos de la tribu Thembu, perteneciente a la población donde nació y con ello reconocen su vida honorable y gloriosa.
“Siempre he atesorado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que las personas puedan vivir juntas en armonía y con igualdad de oportunidades, es un ideal para el cual he vivido, es un ideal por el que espero vivir, y si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir”. Fueron las palabras que dirigió ante un tribunal que lo juzgaba por alta traición.
Muchos años más tarde, Nelson Mandela fue el primer Presidente de raza negra, electo también por primera vez a través del sufragio en su país; el régimen de gobierno en Sudáfrica, lo consideraba un terrorista, lo que provocó que fuera encarcelado durante casi tres décadas. El día que quedó en libertad, y haciendo acopio de su honorabilidad apostó por una solución que no menoscabase los derechos de los blancos, a pesar de las violentas prácticas discriminatorias que ellos proferían a las personas de color. A paso decidido y sin rencor, tomó la dirección del país y cambió su propia condición de “peligroso opositor”, por la de Presidente.
Sin duda, fue un prócer de los Derechos Humanos en su país, creó la Comisión para la verdad y la reconciliación, mediante la cual se investigaron las violaciones a las libertades fundamentales cometidas en los años del apartheid; implantó medidas para una reforma de la propiedad de la tierra, promulgó leyes y programas sociales para combatir la pobreza y logró la expansión y mejoramiento de los servicios de salud. Fue un excelente mediador de los conflictos políticos de otras naciones; y al término de su mandato crea una Fundación a través de la cual se combate primordialmente la pandemia del sida.
Mandela fue una leyenda política, por llevar sus ideales de un país libre y donde la convivencia no estuviese dividida por el color de la piel, el luchó y gobernó y se mantuvo siempre fiel a sus creencias y convicciones. A 100 años de su nacimiento, la Organización de las Naciones Unidas, le otorga un homenaje para dar paso a la reflexión de su vida y de su legado, y seguir sus pasos para hacer del mundo un lugar mejor.
En mi opinión dos películas de la vida de Nelson Mandela retratan dos episodios más importantes de la vida de este hombre, “Adios Bafana”, que relata su vida durante los 27 años de encarcelamiento, uno de los principales actores es Joshep Finnes; y la otra es “Invictus”, con la actuación de Morgan Freeman, en esta última, habla sobre la motivación que les otorga al equipo nacional de rugby para obtener el campeonato mundial, promoviendo el sentimiento de unión y solidaridad en su nación. Pero sobretodo, les recomiendo leer los libros: Un largo camino hacia la libertad, o el color de la libertad.