En respuesta a la promesa del expresidente estadounidense Donald Trump de abordar el «sentimiento antiblanco», es probable que sus asesores aceleren el desarrollo de planes políticos para su regreso al cargo. Imagen: Partidarios de Trump en un mitin en Wilmington, Carolina del Norte, en abril (2024Reuters/Brian Snyder)
[ワシントン ４日 ロイター] – En respuesta a la promesa del expresidente estadounidense Donald Trump de contrarrestar el «sentimiento antiblanco» si regresa al cargo, sus asesores están desarrollando planes políticos centrados en promover un movimiento para abolir varios planes gubernamentales y corporativos que probablemente cobren impulso.
Algunos activistas influyentes han dicho públicamente que las políticas que protegen a las personas de color en las aulas, los lugares de trabajo y las organizaciones benéficas deben reelaborarse para proteger también los derechos de los blancos.
«Creo que hay un profundo sentimiento anti-blanco en este país que se está volviendo injustificado», dijo en una entrevista publicada por la revista Time el 30 de abril.
En la entrevista, Trump no abordó ningún sesgo o política específico contra los blancos. Sin embargo, el sitio web de su campaña enumeró varias medidas para combatir el sentimiento anti-blanco, y varios asesores propusieron detalles de las políticas que implementaría en su «segundo mandato».
Una propuesta para que las agencias federales evalúen si las personas de color, las personas LGBTQ y las personas que viven en áreas rurales tienen acceso adecuado a los programas públicos es una orden del presidente Biden que requiere verificación.
Durante la campaña electoral, Trump también prometió hacer retroceder las escuelas que enseñan temas raciales con el argumento de que el prejuicio racial impregna las instituciones estadounidenses.
Lynn Patton, asesora de campaña de Trump, le dijo a un periodista conservador que si Trump regresara, contrataría personas basándose en los principios de diversidad, equidad e inclusión (DEI) cuando el gobierno anunciara que estaban afectados por la pandemia.
Jean Hamilton, un asistente de Trump, dijo a Reuters que la división de derechos civiles del Departamento de Justicia debería establecer un camino claro para garantizar que los programas que las empresas implementan para promover la diversidad en el lugar de trabajo no se vuelvan discriminatorios.
Hamilton citó la Sección 7 de la Ley de Derechos Civiles de 1964, que prohíbe la discriminación laboral por motivos de raza, religión y sexo.
Hamilton, que trabajó en el Departamento de Justicia durante la anterior administración Trump, dice que se supone que la Sección 7 también protege a los blancos, y se quejan de que los programas de reclutamiento destinados a aumentar el número de personas de color en la fuerza laboral han excluido las solicitudes de los blancos.
Hamilton escribió sus pensamientos en un documento de política publicado por Proyecto 2025, una coalición de grupos de expertos pro-Trump.
<பாதிக்கும் மேற்பட்ட ஆதரவாளர்கள் பாரபட்சமாக உணர்கிறார்கள்>
Si bien la campaña de Trump no participa directamente en este proceso de redacción de políticas, varios colaboradores cercanos sí lo hacen.
Mientras tanto, las acusaciones oficiales de discriminación contra los blancos en el lugar de trabajo son raras. Por ejemplo, la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo, una agencia gubernamental independiente, tiene una proporción muy pequeña de quejas presentadas por blancos.
Sin embargo, más de la mitad de los partidarios de Trump creen que los estadounidenses blancos son discriminados. Una encuesta de Reuters/Ipsos publicada en marzo encontró que alrededor del 53% de los partidarios de Trump dijeron que creían que los blancos eran discriminados por el color de su piel. Sólo el 14% de los partidarios de Biden dijeron lo mismo.
Algunos piensan que una de las políticas del Plan 2025, del que es coautor el economista conservador y asesor de Trump Stephen Moore, sería despedir a los empleados que participan activamente en los programas DEI.
Sin embargo, el asesor Patton destacó que «en su segundo mandato, Trump mejorará la suerte de todos los estadounidenses, independientemente de su raza o religión».
En respuesta, la campaña de Biden advirtió que las políticas de Trump, que describió como «contrarrestar el sentimiento anti-blanco», harían la vida más difícil a las comunidades de color. Un portavoz dijo: «Si Trump gana la presidencia en noviembre, traducirá su historia de racismo en una política oficial y diluirá los programas que brindan oportunidades a las comunidades de color». Ha dejado clara su postura.
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