Agencias/Riad
El fiscal general saudita, Saud al-Mojeb, pidió ayer la pena de muerte para cinco acusados en el caso del homicidio del periodista Jamal Khashoggi, “drogado, asesinado y descuartizado” en el consulado del país árabe en Estambul, Turquía.
El asesinato el 2 de octubre del periodista, crítico de la monarquía saudita y colaborador –entre otros– del diario The Washington Post, se ha convertido en un escándalo a escala mundial.
Estados Unidos anunció ayer sanciones económicas contra 17 responsables sauditas implicados en el crimen, entre ellos personas cercanas al príncipe heredero, Mohamed bin Salmán (conocido por sus siglas: MBS).
Según el portavoz de la fiscalía, Khashoggi fue asesinado tras haber sido drogado en el consulado para luego ser descuartizado.
El príncipe heredero no estaba al tanto del caso, afirmó el fiscal general, en respuesta a la pregunta de un periodista. Por su lado el ministro saudita de Exteriores, Adel Al Jubeir, dijo a la prensa que MBS no tiene “nada que ver” con el asesinato de Khashoggi.
Las declaraciones de ambos funcionarios fueron tomados como un intento aparente de distanciar del crimen al poderoso príncipe, quien ha sido blanco de una lluvia de críticas a escala internacional por la muerte.
El jeque Shalan al-Shalan, portavoz de la fiscalía, dijo que el crimen fue bajo órdenes de un hombre que era responsable de enviar al escuadrón encargado de traer a Khashoggi de vuelta a Arabia Saudita a la fuerza.
No reveló el nombre de ese individuo, pero dijo que era parte de un escuadrón de 15 personas dividido en tres: unos para negociar, otros para recabar inteligencia y otros encargados de logística.
Declaró que en la mañana del crimen, el capitán del grupo negociador se dio cuenta de que no iban a poder traer a Khashoggi a la fuerza “por lo cual decidió matarlo en el lugar”.
Sobre 21 sospechosos, el fiscal general ha inculpado hasta ahora a 11 que comparecerán ante la justicia y pidió pena de muerte para cinco.
“Todas estas medidas son ciertamente positivas, pero también insuficientes”, declaró como respuesta el canciller turco, Mevlüt Cavusoglu.
“Este asesinato, como ya dijimos, fue planificado por anticipado”, añadió, rechazando la versión de que los asesinos de Khashoggi intentaron primero regresarlo a Arabia.
“El descuartizamiento del cuerpo no fue espontáneo agregó, previamente (los sauditas) habían traído personas y material necesario para hacerlo”.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ya había aumentado la presión sobre Arabia Saudita cuando el sábado aseguró haber compartido grabaciones sobre la muerte de Khashoggi con Riad, Washington y otras capitales, aunque no dio detalles del contenido de las mismas.
El propio Erdogan sostuvo en un artículo de prensa que la orden de asesinar al periodista saudí emanó “de los más altos niveles del gobierno” de Riad.
Erdogan descartó la responsabilidad del rey Salman, pero no así la de su hijo Mohamed.
Milenio Diario