Increíble regreso: Castores vuelven al río Bronx tras larga ausencia, revelan cámaras ocultas.

Los castores no habían sido vistos en la ciudad de Nueva York durante 200 años, después de que sus preciadas pieles se volvieran valiosas y su hábitat fuera afectado por la actividad humana.

Sin embargo, finalmente en 2007, uno fue avistado en el río Bronx. Luego llegó un segundo castor, apodado Justin Beaver, quien se unió a José, el original, y juntos vivieron varios años en el río.

La última vez que alguien los vio fue en 2018; se cree que han fallecido, dejando una especie clave ausente del ecosistema.

Pero hace cuatro meses, el estudiante de biología y activista de los castores, RJ Hawkins, estaba revisando las grabaciones de cámaras trampa y reportó nuevos hallazgos:

“¡Algo sorprendente fue avistado en el río Bronx que no se había visto desde hace mucho tiempo: un castor!”

En junio de 2024, se colocaron dos cámaras trampa río arriba y dos río abajo de la sección Mitsubishi Walk del zoológico del Bronx para intentar ver si algún castor había regresado al río.

Aunque no se avistaron castores durante la recolección de datos cerca de los Twin Dams, que continuó hasta octubre, los datos proporcionaron información sobre cómo los diques pueden impactar en los ecosistemas urbanos.

Normalmente, los diques construidos por castores aumentan la biodiversidad en un ecosistema al crear hábitats de estanques/humedales que no existían anteriormente. Esto genera una diversidad de tipos de hábitats que proporciona un espacio para que muchas especies de animales y plantas prosperen.

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Durante el período de monitoreo de 2024, se observaron muchas más especies de animales río arriba del dique que río abajo del mismo. Esto sugiere que, aunque hay muchos problemas con los diques urbanos (como las especies de peces migratorios y anguilas que no pueden viajar río arriba), podrían ser capaces de apoyar la biodiversidad al crear ecosistemas de estanques/humedales río abajo. (Y, en lugares tan urbanizados como la ciudad de Nueva York, esto es un descubrimiento importante ya que muestra que estos hábitats deben mantenerse como puntos calientes de biodiversidad).

En abril de este año, se instalaron nuevas cámaras trampa en los mismos lugares con la esperanza de que algún castor hubiera encontrado un nuevo hogar.

“A finales de mayo, increíblemente, un castor fue visto en las grabaciones, esta vez nadando frente a la cámara trampa”, escribió RJ para la Alianza del Río Bronx.

“Este fue un descubrimiento asombroso porque no solo muestra cuánta biodiversidad puede soportar esta sección del río, sino que también señala el regreso de una especie que había estado ausente, sugiriendo una recuperación ecológica significativa en un entorno urbano.”

RJ esperaba que el avistamiento fuera solo el comienzo, y así fue.

Nuevas evidencias alrededor del río Bronx este verano revelaron la actividad de los castores derribando árboles, con las marcas de dientes icónicas dejadas atrás cuando se llevaban ramas y brotes jóvenes.

En septiembre, la cámara trampa de RJ capturó más imágenes de castores ansiosos en la orilla del río.

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En el último medio siglo, las poblaciones de castores han repuntado significativamente en los EE. UU., con una disminución en el comercio de pieles y los esfuerzos de conservación, y ahora incluso están regresando a nuestras ciudades más grandes.

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