El período para presentar propuestas ha concluido y pronto descubriremos las ideas más revolucionarias para transformar los desechos espaciales en recursos valiosos. Tradicionalmente, los astronautas han dejado sus residuos en el espacio
La superficie lunar no solo está compuesta por rocas y polvo, sino que también alberga 96 bolsas llenas de heces, orina y vómito humano, residuos dejados por los astronautas del programa Apolo para reducir el peso de sus naves. Ahora, medio siglo más tarde, la NASA está buscando cómo remediar este ‘legado biológico’ y está dispuesta a ofrecer hasta 3 millones de dólares (aproximadamente 2.75 millones de euros) por soluciones efectivas.
El desafío se denomina LunaRecycle Challenge y el plazo para la inscripción de proyectos se cerró el 31 de marzo de 2025. En estos momentos, la agencia espacial se encuentra en proceso de evaluación de las propuestas para identificar las tecnologías que prometen más. Pronto podríamos estar al tanto de los sistemas que permitirán convertir los desechos humanos y la basura espacial en agua, energía, fertilizantes o incluso materiales de construcción lunar.
Los residuos que hemos dejado en la Luna
Durante las misiones del programa Apolo, los astronautas llevaban consigo todo lo necesario para sobrevivir varios días fuera de la Tierra: comida, agua, oxígeno, trajes espaciales, herramientas, etc. Sin embargo, al momento de regresar, el peso era crucial. Por ello, para hacer espacio para las muestras lunares, optaron por dejar atrás aquello que ya no requerían: trajes espaciales usados, equipamiento técnico, empaques y esas 96 bolsas de residuos biológicos.
Con el nuevo programa Artemis, que marca el regreso de humanos a la Luna, la NASA busca evitar repetir esta historia. O mejor aún, desea que esos desechos puedan ser reutilizados.
“La NASA está comprometida con una exploración espacial sostenible. A medida que nos preparamos para futuras misiones tripuladas, es crucial considerar cómo minimizar y manejar los diferentes tipos de residuos, incluidos los sólidos, y cómo almacenarlos, procesarlos y reciclarlos en el espacio, de manera que el retorno de desechos a la Tierra sea mínimo o inexistente”, señala la agencia.
¿En qué consiste el LunaRecycle Challenge?
El LunaRecycle Challenge ha estado abierto a participantes internacionales: ingenieros, científicos, empresas emergentes, universidades… El objetivo consistía en descubrir tecnologías capaces de procesar los residuos sólidos producidos en misiones espaciales.
Este desafío abarca todo tipo de desechos: desde envoltorios de alimentos y ropa usada hasta materiales de laboratorio y residuos biológicos.
Las propuestas se podían clasificar en dos categorías:
- Prototipos físicos: sistemas operativos que puedan ser utilizados en la Luna para reciclar residuos.
- Gemelos digitales (digital twins): simulaciones virtuales de un sistema completo de reciclaje lunar.
El propósito de todas estas iniciativas es reutilizar los desechos para generar recursos útiles, como agua, fertilizantes, materiales de construcción y biocombustibles.
La primera fase del desafío ya ha concluido. En las próximas semanas, la NASA revisará todas las propuestas presentadas y seleccionará las más prometedoras. Aquellas que superen esta fase inicial podrán avanzar a una segunda etapa, donde se desarrollarán prototipos funcionales y se realizarán pruebas piloto.
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Esteban Cruz siente pasión por los descubrimientos científicos. Encontrará explicaciones sencillas y análisis sobre innovaciones que transforman nuestra vida, desde la astronomía hasta la medicina.